Decidí ir al hospital para tratar a este turista.

El hospital en realidad está compuesto por unas pocas chozas, una caja registradora, una farmacia y una sala de tres habitaciones para recibir tratamiento.

Muchas madres jóvenes con sus pequeños.

Me piden que primero vaya a la caja para pagar mi consulta (1,5 €). Luego me atiende una enfermera (¿Tensión, peso, temperatura, alergias?).

El médico me recibe durante tres minutos, escribe una receta y le pide a una enfermera que me muestre la farmacia.

Este me pregunta qué comí: ceviche. Me dice que no deberías, los blancos no pueden soportar eso.

Le doy mi receta al farmacéutico que me da un boleto para pagar mis medicamentos en la caja (€ 8). Regreso con mi boleto sellado, tomo mi medicamento y regreso con mi enfermera.

Me dieron dos litros de infusión, dos tubos de antibiótico en polvo (Certriaxona 1g) y algunas jeringas.

La enfermera me pide a acostarme en una 'sala de observación' de tres camas. Un niño está goteando como yo, así como una mujer joven cuyo esposo está sosteniendo su mano.
Mi enfermera me administra mi primera infusión (las agujas están envueltas y son desechables y usa un guante de látex como banda elástica).

Ella anuncia que tengo alrededor de tres horas.
Me quedo dormido de forma intermitente.

La enfermera viene a verme de vez en cuando y hablamos.

Ella explica que el hospital necesitaba ser modernizado, pero de hecho, la modernización se detuvo en las oficinas administrativas. Se ha malversado mucho dinero. Ella me dijo eso en un tono cansado y resignado.
Un cartel, hospital en huelga, obviamente ha estado allí durante mucho tiempo.

El producto antibiótico se inyecta a través de la misma ruta y tengo que regresar en 24 horas para la segunda inyección. Es mediodía.

Voy a una pequeña agencia que ofrece volar sobre las líneas de Nazca por 75 USD.
Sera mañana a las 9:00 a.m.