Desayuno a las 7:00 a.m.

La primera mitad del recorrido es larga y aburrida, desierta.
A menudo me detengo para calentar. Hace frío, llovizna, hay niebla, me estoy acercando a la costa.


Los motociclistas ecuatorianos me advirtieron: Perú es el desierto y es aburrido.
Tenga cuidado, a veces un chico malo pone barera de piedras en el camino y espera a que el motorista se caiga para tomar todo lo que pueda.
Olvidé el consejo. Vi el barage de piedras un poco tarde y, de todos modos, no quería parar. Debe haber sido al comienzo de su construcción y pasé entre dos piedras. Sin daños

A menudo, en lugares desérticos, he visto personas que salen de la nada. Nunca estamos solos.

Conduzco despacio ya que el viento es violento y frío.
La última parte va a lo largo del océano, todo en ascensos y descensos muy empinados.

Son las 4:30 p.m. cuando llego congelado a Camaná. Cubrí 360 km en poco más de ocho horas.


Encuentro un hostal por menos de 10 €. La calle principal está llena de dentistas. Aquí se dice que para hacer una fortuna en Francia debe ser dentista.

Como en el restaurante local por 1,5 €, menú único.