El taxi me había advertido el día anterior, el acceso al aeropuerto de Tocumen es aleatorio a partir de las 3 p.m. Es mejor tomar el margen.

Así que estoy allí antes de las 3:00 p.m. y mi avión está programado para las 5:40 p.m.

Hay wifi. Observo una joven madre poniendo coca-cola en el biberón de su bebé.

Llego a Bogotá a las 7:20 p.m. y me lleva a una posada en el centro de la ciudad. La circulación es apocalíptica.

El hostal está lleno, hay otra en frente. Una habitación rudimentaria con baño compartido.

Mañana recogeré mi moto, si me tomo mi tiempo en el aeropuerto, el tráfico será más suave para volver.