La mano del desierto. Obra de Mario Irarrazabal

Finalmente dejo Antofagasta, 'mi amor' y sus gatos sin remordimientos.
Me faltara 500 km en el desierto de Atacama antes de que mi ira disminuya.

70 km al sur de Antofagasta, una escultura en medio del desierto. Esta es 'la mano del desierto' del artista chileno Mario Irarrazabal. Lástima que esté bombeada. Estoy solo frente a la escultura.

Luego hay cientos de kilómetros en este supuestamente desierto más seco del mundo. No hay nada, solo la arena y la carretera.

Paro en Chañaral a 400 km al sur de Antofagasta. Pero Chañaral es un pueblo minero sin hoteles ni lugares para dormir.

Allí me encuentro con un anciano que se detiene a charlar conmigo.
Me distribuye sus folletos que hablan de cosmología y medicina alternativa. Un chamán con una mirada inteligente.

Así que empujo 100 km más hacia Caldera.


Caldera es un puerto pesquero muy pequeño, un pequeño pueblo limpio. Estamos fuera de temporada alta.
Encuentro un cuarto para la noche. Con wifi asegura el jefe, obviamente, no hay wifi una vez instalado. Muchos de los pocos negocios están cerrados, pero me dijeron que un restaurante de pescado abre a las 8:00 p.m. Camino por el puerto, soporto dos suéteres porque hace frío allí.

Sigue una procesión, a pie, un coche fúnebre, todo el pueblo parece estar allí.
Se siente como una película de los años cincuenta.